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El Viñedo nuestra Tierra Prometida

El Viñedo

El objetivo de este proyecto es sacar lo mejor que tiene Arribes

Su clima, algo más templado que en la meseta y unos suelos fantásticos, muy aptos para elaborar vinos de gran calidad y carácter, apoyándonos en uvas locales, con pequeñas aportaciones de uvas de otras zonas de producción como Portugal o Francia… Una uva que de verdad creemos que tiene sentido darle su oportunidad, como la Syrah. Queremos aprovechar la tradición sin renunciar a aportar e innovar.

Eso sí, dando prioridad en los assemblages a las uvas autóctonas o identificadas como tales. El caso de la Garnacha es complejo: hubo en la zona, pero muy poca. Aún así quizás por este hecho y su importancia histórica en España, se debe de considerar autóctona o por lo menos, no como forastera, que es el nombre que la gente del país usaría.

Las variedades

Bruñal

Creemos en ella como una uva de gran calidad, de la cual no queremos extraer su lado más potente sino justo lo contrario; buscamos su finura con una graduación razonable. Una uva extraordinaria en assemblage y así la trabajamos; quizás un día cambiemos de idea…

Garnacha

Nos entusiasma. Antony trabajó en el Ródano y se enamoró de esta variedad: puede aportar finura extrema como un Pinot Noir en buenas condiciones y bien elaborado; y esto intentamos. Misma idea, buscarle su máxima expresión pero con una graduación razonable.

Juan García

José Manuel es el experto en esta variedad única en Arribes, ya el nombre es curioso, y para nosotros la clave está en trabajarla con pocos grados, uvas enteras y en maceraciones muy suaves.

Syrah

Es parte de la aportación extranjera de Antony; suele adaptarse bien en suelos graníticos, como en el Ródano norte. Y la altura que tenemos en Arribes nos debería permitir elaborar Syrah de una buena madurez sin llegar a mucha graduación.

La zona que hemos elegido es un golpe de corazón mezclado con una profunda reflexión, llena de certezas y de muchas incógnitas: es nuestra Tierra Prometida.

Elegimos un lugar específico, las alturas del cañón, para tener maduraciones más lentas y tardías y aprovechar algo del fresco de la meseta, sin recibir toda su dureza en el verano. Llueve bastante más en el periodo vegetativo en Arribes que en Toro por ejemplo, y las temperaturas son altas pero algo menos también que en muchos puntos de la meseta. En la noche refresca bien, mucho más que en medio del cañón o en la parte baja que es “un horno”.

Todo eso hace que después de 2 vendimias, creemos más que nunca en la capacidad de los suelos de arenas graníticas descompuestas para elaborar grandes vinos. La experiencia acumulada, el trabajo y si el cielo nos acompaña, dará lugar a grandes vinos en Arribes.

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